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Recuperando mi autonomía en pandemia

El inicio de la pandemia por Covid-19 generó un estado de alerta permanente, preocupación y cuidados para evitar el contagio, lo que nos obligó a refugiarnos en nuestros hogares, donde tuvimos que implementar nuestros espacios sociales, de trabajo, de estudio, de recreación y de desarrollo personal.  Esto implicó un ajuste significativo tanto en nuestras rutinas, como en la forma de desempeñarnos y desenvolvernos en la vida cotidiana, buscando otras maneras de mantenernos activos y productivos. Nuestros hogares se adecuaron para responder a dichas necesidades, logrando acceder a múltiples redes y servicios que previo a la pandemia eran más inaccesibles o requerían de nuestra presencialidad. Cambiando así, nuestra forma de participación y acceso tanto a espacios académicos, laborales y comunitarios como al abastecimiento de alimentos, actividades de ocio y tiempo libre, etc.

Si bien el espacio donde desarrollamos todas nuestras actividades se redujo de forma considerable, la conectividad nos abre un mundo de productos, servicios, actividades y eventos sin la necesidad de trasladarnos de nuestra casa, situándonos en un lugar seguro, que nos da la sensación de protección. En la medida en que las restricciones de traslado disminuyen y se abre la posibilidad de retomar la presencialidad, ya no se hace tan natural salir espontáneamente, pareciera ser que nuestra casa se transformó en nuestro refugio. El llamado síndrome de la cabaña ha sido un concepto que hemos incorporado en pandemia, el cual se define como el desgaste provocado por el aislamiento social, la falta de contacto con la naturaleza y las rutinas de encierro prolongadas, generando un impacto en la motivación por ejecutar y desempeñarse en espacios y/o actividades que se encuentren fuera de nuestro hogar. Además de poder presentar ansiedad frente a la participación de espacios sociales, temor, irritabilidad, que se espera vayan cediendo gradualmente con el desconfinamiento. (Anuch, 2020).

La sensación de vulnerabilidad que hoy percibimos cuando salimos a otros espacios nos genera, en mayor o menor medida, una pérdida de libertad de desplazamiento, que se ha ido transformando en una dificultad para explorar, impactando en nuestra autonomía.

Pero, ¿qué entendemos por autonomía?

La Autonomía es la “capacidad de una persona con independencia para tomar decisiones personales, alcanzar su autogestión y definir el modo de relacionarse con su entorno” (Álvarez, 2015). Encontramos la autonomía emocional definida como la capacidad de sentir, pensar y tomar decisiones por sí mismo. Representa un estado afectivo caracterizado por la gestión de las propias emociones, el sentirse seguro sobre sus propias elecciones, objetivos y responsabilizarse por ellos (Noom, Dekovié & Meeus, 2001, en Fernández, 2013), y la Autonomía de conducta siendo esta la capacidad de autocontrol o grado en que la persona decide y actúa por sí misma.

Muchas personas han identificado la dificultad para trasladarse de sus hogares y retomar actividades presenciales, requiriendo en muchas ocasiones apoyo de otros para realizarla, ya sea de la familia o de profesionales. Cuando la sensación de temor es inmanejable de manera autónoma, aumenta la dependencia para desarrollar acciones que previo a la pandemia se consideraban como sencillas, evitando enfrentar situaciones o acciones que nos generan miedo o temor, quedándonos en ese estado de confort y de pseudo seguridad. Surgiendo la necesidad que nuestras familias, amigos y personas cercanas puedan apoyarnos en identificar conductas que por sí mismos no somos capaces de ver, como por ejemplo, plantearnos una serie de preguntas:

  • ¿Lo o la observó más temerosa frente a la idea de salir a comprar o hacer un trámite?
  • ¿A la hora de salir de casa busca excusas para no hacerlo?
  • ¿Se muestra inquieto/a, más ansioso/a horas antes de realizar una actividad fuera de casa?
  • ¿Evita el contacto social con amigos/as, si las juntas son fuera del hogar?
  • ¿Qué actividades que disfrutaba hacer, hoy no las realiza? por ejemplo, caminar, deporte en la plaza, compras, etc.
  • ¿Qué me hace pensar que mi hijo/a, amigo/a, vecino/a, ha perdido autonomía y hoy requiere apoyo para retomar esa funcionalidad que antes de la pandemia tenía.
  • ¿Le cuesta mayor trabajo tomar decisiones que antes?
  • ¿Está su desarrollo de potencial disminuido por sus temores?

Como seres sociales, curiosos, es natural que nos relacionemos con nuestro ambiente físico y social, nos permite ampliar redes, desarrollar nuestros anhelos y sueños, crecer y desarrollarnos en nuestro máximo potencial, por ello es importante recuperar la confianza en nuestro entorno, adaptarnos a esta nueva forma de interacción social y física con los que nos rodea, promoviendo nuestra autonomía.

¿Qué podemos hacer?

Ya vimos la importancia de los demás para que nos reflejan como estamos y nos contraste nuestros temores, nos entreguen un criterio de realidad y nos brinden los apoyos necesarios para recuperar la autonomía:

La familia, amigos y entorno cercano pueden:

  • Reflejar y brindar criterio de realidad a nuestros temores, por ejemplo la higiene de los medios de comunicación, presentar experiencias de conocidos que presentaron los mismo temores y cómo los enfrentaron.
  • Facilitar la exploración fuera de la casa, generar curiosidad por participar en espacios fuera del hogar, cumpleaños, apoyar a otras personas, etc.
  • Empatizar, escuchar y movilizar al cambio del estado de quietud, promoviendo acciones que son de interés de la persona, además de respetar sus ritmos y tiempos.
  • Proporcionar un ambiente seguro para potenciar la interdependencia, a través del modelaje, mostrar como hacerlo, acompañarte en el proceso sin criticar o juzgar, permitiendo espacios para la reflexión y el autoanálisis.

La red de apoyo puede a su vez favorecer la autonomía, ayudando a que la persona recuerde lo que lograba antes de la pandemia, los actos cotidianos son muy importantes de rememorar. Reforzar las habilidades personales adquiridas en algún momento y con potencial de retomarlas o desarrollar aquellas que estaban más disminuidas. Apoyar a que se atreva a la acción y recordar que el error es necesario para el aprendizaje. Dar desafíos y aumentar el campo de acción y sobre todo respetar el estilo personal de mi amigo/a o familiar. Además de acompañar y potenciar la exploración de nuevas actividades, intereses o espacios de participación considerando que las vivencias de estos últimos dos años puedan cambiar nuestras prioridades o perspectivas.

A nivel personal, qué podemos hacer:

  • Estructurar rutinas y horarios breves de salidas, de manera regular, esto permite ir segurizando y generar estabilidad en la conducta. Si no lo puedo implementar solo, pedir apoyo a cercanos o bien a profesionales.
  • Generar propósitos de salida, actividades que no puedo realizar desde casa, como por ejemplo tomar una hora al médico pendiente, preparar la salida con anticipación, evitando los horarios punta.
  • Establecernos metas pequeñas, que permitan sentir logros y avances.
  • Buscar apoyo en las redes familiares, amigos u otros y compartir miedos y emociones frente a los desafíos e identificar personas que nos escuchen sin juzgar. En la medida que compartimos lo que nos pasa baja la intensidad emocional de lo vivido.

Recordar que toda aquella habilidad o recurso que no hemos necesitado o utilizado este último tiempo, está ahí para despertarlo, permitiéndonos seguir avanzando en nuestra exploración y constante reconstrucción, considerando que nuestras vivencias y experiencias impactan en nuestra configuración, siendo relevante visualizar e identificar los recursos con los que contamos para rehabitar nuestros entornos de forma autónoma.

Florencia Fadic B., Terapeuta Ocupacional
Julie Labbé L., Asistente Social

Referencias:

(PDF) Autonomía conductual y emocional y desarrollo óptimo en la adolescencia. Available from: https://www.researchgate.net/publication/268509000_Autonomia_conductual_y_emocional_y_desarrollo_optimo_en_la_adolescencia[accessed Oct 25 2018].
(PDF) Autonomía conductual y emocional y desarrollo óptimo en la adolescencia. Available from: https://www.researchgate.net/publication/268509000_Autonomia_conductual_y_emocional_y_desarrollo_optimo_en_la_adolescencia[accessed Oct 25 2018].
(PDF) Autonomía conductual y emocional y desarrollo óptimo en la adolescencia. Available from: https://www.researchgate.net/publication/268509000_Autonomia_conductual_y_emocional_y_desarrollo_optimo_en_la_adolescencia[accessed Oct 25 2018].

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